Recuerde que en la región del Mediterráneo, el Sol está presente durante la mayor parte del año, y que para tener lesiones por radiación ultravioleta y riesgo de cáncer de piel no es necesario ir a la playa. Pese a que en la playa la exposición solar es muy intensa, el sol “de la calle” es suficiente para causar cáncer cutáneo a la larga: el protector solar se debe aplicar rutinariamente para la vida exterior y no sólo para ir a la playa.

  • Tenga presente que la exposición solar en la vida de una persona incluye desde la infancia hasta la vejez, sumando el sol “de la calle” y el que toma en la playa: la vida al exterior en el mediterráneo (pasear, hacer deporte) por definición comporta una exposición solar muy intensa de forma pasiva.
  • Minimice la exposición solar en horas de mayor radiación, entre las 10 y las 16h, puesto que es cuando el sol está más cerca de la atmosfera terrestre. Cuando su sombra sea más larga que su altura, evite la exposición solar.
  • Emplee siempre que sea posible protección solar física:
    Ropa sintética (preferentemente poliéster, que protege de los rayos UVB). Los colores oscuros y fluorescentes protegen más. La ropa ajustada, clara y húmeda por el sudor protege menos.
    Sombrero con ala de 360º.
    Gafas de sol homologadas frente a la radiación UVA y UVB.
    – Existen protectores solares que quedan adheridos a la ropa cuando ésta se lava con productos específicos.
  • Siempre que salga al exterior (aunque no esté en la playa) aplíquese un protector solar con factor de protección mínimo 30–50 FPS, que cubra frente a la radiación UVA y UVB. El protector solar se debe aplicar 30 minutos antes de la exposición solar y renovarse cada 2 horas y después de cada baño (o de sudar intensamente). Aplíqueselo de forma homogénea en todas las áreas expuestas del cuerpo, sin olvidar la nariz, los labios y las orejas (y el cuero cabelludo en sujetos sin cabello).
  • Utilice el protector solar como si se tratara de una crema hidratante para acostumbrarse a él: ya sea después del afeitado en el caso de los hombres, o como crema nutritiva matinal en cualquiera de los casos. Recuerde que hay presentaciones que incorporan maquillaje y están disponibles en forma de crema y polvos. El mejor cosmético antienvejecimiento que existe es un protector solar.
  • El bronceado natural de la piel aporta un factor de protección ultravioleta de 2-4 FPS aproximadamente. Las personas negras tienen un factor de protección natural de 13 FPS aproximadamente y filtran el doble de la radiación UVB. Por este motivo, cuando una persona se broncea, NO se recomienda bajar el factor de protección del protector solar, pues se pierde una gran parte de su efecto. Por ejemplo, si inicia la temporada de verano con un FSP50 y, una vez bronceada (+4FPS), pasa a FPS30, pierde 16 de FPS. Esto incrementa el riesgo de cáncer de piel.
  • La aplicación de un protector solar NO impide el bronceado de la piel. Disminuye la probabilidad de quemarse (eritema) y de sufrir cáncer de piel, permitiendo el beneficio cosmético del bronceado. El hecho de llevar aplicado un protector solar no neutraliza por completo la radiación ultravioleta ni confiere invulnerabilidad aunque sea ‘pantalla total’: igualmente se bronceará, sólo que tardará algo más.
  • Llevar aplicado un protector solar no tiene que aumentar las horas de exposición al sol por falsa sensación de protección total. El protector nunca filtrará el 100% de las radiaciones ultravioletas, sólo reduce un porcentage (muy variable en función del FPS, de la forma de aplicació, del tipo de fotoprotector…).
  • Evite la exposición a fuentes artificiales de radiación ultravioleta (cabinas de bronceado), que aceleran el envejecimiento precoz de la piel y aumentan el riesgo de cáncer de piel cuando la exposición es repetida. En caso de que quiera un tono de piel más oscuro por motivos estéticos puede recurrir a productos cosméticos de bronceado (sprays, cremas, toallitas).
  • No dude en consultar con un profesional de Dermatología ante cualquier duda o ante la aparición de cualquier lesión nueva en la piel. Es recomendable efectuar una revisión cutánea con un/a dermatólogo/a una vez al año como mínimo, y consultar siempre que se observen cambios en una lesión existente o bien ante una lesión nueva.

TIPOS DE PROTECTORES SOLARES TÓPICOS

Se aplican directamente sobre la superficie cutánea.

  • Físicos: Dióxido de titanio y óxido de zinc. Absorben y reflejan la radiación ultravioleta. Son poco alergénicos y fácilmente visibles a nivel cosmético puesto que dejan un residuo blanco.
  • Químicos: Pueden ser más efectivos frente a la radiación ultravioleta B (ácido paraaminobenzoico, cinamatos –octilmetoxicinamato-, salicilatos –octasilato, homosalato, salicilato de trolemina-, la radiación ultravioleta A (benzofenonas –oxibenzona-, avobenzona –butilmetoxidibenxoilmetán-, ecamsule –mexoryl SX-) o bien tenir un potencial antioxidante (flavonoides, resveratrol –originado en la uva-, ácidos hidroxinámicos, té verde, Polypodium leucotomos).

ORALES
Carotenos, flavonoides, polifenoles del té y del vino, Polypodium leucotomos.

Unidad de Dermatología / Dra.R.Molina

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