El calor y las vacaciones favorecen los baños en piscinas y playas, pero estar mucho tiempo bajo el agua, facilita la aparición del llamado oído de nadador.

Con el verano y las altas temperaturas empieza una nueva rutina: vacaciones, campus de verano, la playa, etc., que ayudan a refrescarse y aprovechar la práctica de deportes relacionados con el agua. Por mucho tiempo, la otitis externa ha sido más propia de los países tropicales, sin embargo, con el aumento de viajes internacionales y la práctica de deportes acuáticos, se ha transformado en una consulta frecuente para otorrinolaringólogos.

Se llama “externa” porque la parte del oído que resulta afectado es el Conducto Auditivo Externo, que es la región por donde pasa el sonido del exterior antes de llegar al oído medio o membrana timpánica (que vibra con el sonido) para luego pasar al oído interno.

Se trata de una infección de la piel del conducto como consecuencia de la humedad, al estar mucho tiempo sumergido en el agua. El conducto se puede irritar y muchas veces la piel sufre de maceración, con la que pueden ingresar bacterias. Es necesario reseñar, que los productos utilizados para el mantenimiento de las piscinas (cloro, alguicidas, decantadores, etc.) resultan irritantes para la piel, y provoca microerosiones que representan la puerta de entrada de las bacterias. Las personas con afecciones en la piel como eccemas o psoriasis, están más predispuestas a padecer Otitis Externa. Si bien niños y adultos tienen las mismas probabilidades de tener otitis, es más frecuente en los pequeños porque suelen permanecer más horas en el agua.

Pasar-mucho-tiempo-en-el-agua-facilita-la-aparición-de-Otitis-Externa

No es una patología grave pero es molesta. La infección se caracteriza por dolor intenso de inicio rápido (generalmente en 48 horas), sensación de calor local y dolor al masticar. El paciente puede referir también pérdida de audición o sensación de taponamiento. En ocasiones supuración del oído.

¿Qué hacer si aparecen los síntomas?

Ante la aparición de cualquiera de los signos, es conveniente visitar al médico. Muchas veces el otorrinolaringólogo, después de mirar con el otomicroscopio, debe aspirar la secreción e indicar el tratamiento local con gotas, antitérmicos, corticoides orales o antibióticos en caso de necesidad. Se recomienda evitar la entrada de agua en el oído afecto durante al menos una semana aproximadamente hasta recibir el alta médica.

Existe una maniobra que puede orientar a los pacientes para saber si se trata de otitis externa antes de consultar al médico. Es la Maniobra de Bachert o signo del trago que consiste en apretar o presionar el trago del pabellón auricular. Hay que tener en cuenta que en el caso de los niños, a veces no permiten que se pueda realizar por el dolor que les despierta y, en algunas ocasiones, hasta el mínimo roce con la almohada les generan un dolor intenso y rompe en llanto.

Maniobra de Bachert

En personas con tendencia a otitis externa recidivantes, es importante que, al salir de la piscina, sequen bien el conducto auditivo externo y eventualmente, colocar gotas acidificantes como alcohol boricado o alcohol isopropílico (según prescripción médica en cada caso).

Dra. Elisabeth Masgoret Palau / Policlínica Comarcal del Vendrell