Actualmente, un 40% de la población es usuaria de la conocida medicina estética.
Esta se caracteriza por aportar una mejoría en el aspecto de una manera natural y discreta, mejorando así también la autoestima de los pacientes y mostrando la mejor versión de cada uno.
La medicina estética no es sólo “Botox” y labios con ácido hialurónico, aunque sean los tratamientos estrella, sino que nos brinda un abanico inmenso de tratamientos tanto corporales como faciales.
En el caso de los usuarios más jóvenes, es común que demanden tratamientos corporales para tratar la celulitis y la grasa localizada, mientras que para los más mayores el tratamiento más solicitado es el láser para pigmentaciones y los tratamientos que ayudan a combatir el envejecimiento de la piel causado por el paso del tiempo y malos hábitos, como pueden ser los peelings químicos. Es un campo que no diferencia géneros a la hora de aplicar los tratamientos, de hecho, los hombres son cada vez más asiduos a los centros médico estéticos.
Aún queda camino por recorrer para superar los estigmas de la medicina estética tales como los miedos causados por la mala praxis, el abuso y productos antiguos que no reflejaban los resultados que queremos obtener con nuestros tratamientos (el efecto paralizante del botox, los labios de silicona, los pómulos con rellenos permanentes…). Pero con el paso del tiempo se ha conseguido demostrar que tratamos sólo para encontrar la armonía y la belleza de nuestro rostro y nuestro cuerpo sin necesidad de tener que pasar por un quirófano y de una manera mucho más sutil.